sábado, 14 de mayo de 2011

SOBRE BILDU Y LA CAVERNA MEDIÁTICA


Bildu estará en las elecciones del 22 de Mayo tras el fallo del Tribunal Constitucional. Lo que el Supremo negó, su hermano mayor lo ha corregido.

Esta decisión ha puesto en tela de juicio la justicia en España.
Los dos partidos mayoritarios y al parecer más democráticos de este país, tras el fallo del Supremo, hablaban de la fuerza de la ley, la ética y la moral. Tras cambiar el panorama con el TC poco tardaron en pasar a hablar de la podrida y partidista justicia española. Hasta han dado los nombres y apellidos una y otra vez de los Bin Laden españoles. Los seis jueces que votaron en contra de la ilegalización.



El revuelo por esta noticia ha sido tremendo y mayor aún tras la salida del etarra Ander Errandonea de la carcel, tras 25 años de condena con pancarta en mano de Bildu. Más allá del asco que puede suscitar ver la cara de un asesino por mucho que haya pagado su deuda con la sociedad, todos los medios se han centrado en el significado de este acto.

Se ha dicho de todo. Y casi todo sorprendente. Hasta incluso que es la prueba definitiva de la vinculación Bildu- ETA.
Muchos se fijaron en ese ETA sospechoso. Tan sospechoso como la conjunción "y". También por ese sospechoso color diferente a las otras palabras. Tan sospechoso como el color verde de la bandera de Euskadi.
Eso sí, nadie se fijó en esas manos con una papeleta a punto de votar.

Esa imagen, para los que estamos a favor de la legalización de Bildu es una foto para la esperanza. Una foto de un etarra que tras salir de la cárcel abraza los estatutos de un partido político. Que cambia bombas, extorsión y tiros en la nuca por ideas. O por lo menos eso parece.

Los que pensamos así somos raros. Uno se conformaría con eso. Ya que de raro pasas a proetarra, etarra e hijo de puta en un plis-plas en la típica conversación (después de la futbolística) con los compañeros de trabajo o amigos.

En el País Vasco, la mayoría de la gente son personas de bien (yo por lo menos así lo creo). Unos de izquierdas, otros de derechas. Unos nacionalistas, otros independentistas. A otros directamente se la pela la política. Y sí, hay un grupo de salvajes e inhumanos, estos sí, hijos de puta con todas las letras, que utilizan la violencia y el asesinato para meter miedo y conseguir sus ideales sociales y políticos.

Uno ya no recuerda cuando la raya del entorno de ETA pasó de un sector a otro impregnando a día de hoy a 300.000 vascos. Sí, por ahí andarán. Y uno lógicamente se pregunta si no han estirado en exceso. La criminalización sin duda ha sido tan desproporcionada como pensada.

Ninguno debemos olvidar que a la carroña política de este país lo único que le importa es el poder y por lo tanto los votos. De ahí que sus esfuerzos vayan dirigidos más a cerrar periódicos o sedes, criminalizar grupos musicales, aplaudir la entrada a machetazos en las Herrikos o ilegalizar partidos que a acabar con ETA. ETA no les quita votos, pero sí todo lo anterior.

No se entiende que si según ellos Batasuna, Sortu o Bildu están formados por etarras y que por eso han sido ilegalizados (o intentado) muchos de sus miembros sigan tan panchos por las calles de San Sebastian, Bilbao o Vitoria.

Ahora ha llegado Bildu. Que abraza muchos de los ideales que un etarra o proetarra puede compartir. Con una diferencia bastante importante: la condena de la violencia etarra. Y no se nos ocurre otra cosa que intentar a toda costa ilegalizarlo. Y encima con la pataleta del "digan lo que digan, no me lo creo".

Desde mi punto de vista, esta legalización y la entrada en la política de Euskadi de este partido, que seguramente consiga una importante suma de votos (le han hecho la mejor campaña electoral que recuerdo), nos acerque un poco más al fin de ETA.