domingo, 29 de noviembre de 2020

10 MEJORES DISCOS DE 2020


10 • OBERST (NOR) - PARADISE

La sorpresa del año internacional para un servidor. Disco repleto de guitarras abrasivas. La rabia no tiene descanso en los 45 minutos de duración. Hardcore y post metal para perderse sin remisión. Un inicio insuperable con la efectiva Vagabonds. Un single perfecto como Parting. Temas llevados al extremo como Fiends. Estribillos incostestables como en In the Embers y momentos inolvidables como la parte final de A Stranger Place Pt.II. 

Puñetazo en la mesa.

9 • VIVA BELGRADO - BELLAVISTA

El desencuentro, la desesperación y la incomprensión deambula por casi todos el minutaje de una disco sobrado de talento. Ulises fue más accesible que Flores, Carne. Y Bellavista es más accesible que Ulises. Poco importa con este nivel. 

Como bien dicen en Cerecita Blues, "Traeros bufanda porque vais a pasar frío en la cima". Debe ser el disco que les catapulte a un público mayor y más ecléctico. 

8 • NAZCA - REPÚBLICAS 

Los vigueses muestran una mayor gama de estilos que nunca. Guitarras incisivas con subidas y bajadas de agresividad. Hardcore, rock alternativo, algo de screamo y algo de metal pesado. El uso de arreglos y teclados que aportan texturas en unos casos y épica en otros, adornan un disco redondo. 

Ningún tema baja el listón, pero entre todos ellos sobresale el más imaginativo, Mera Existencia.


7 • TOUCHÉ AMORÉ (USA) - LAMENT

Touché Amoré son incapaces de presentar un disco malo. Desde hace años sus temas son menos directos y más trabajados. Se han abierto al rock alternativo y en este disco incluso al indie en la magistral Limelight. Saben conjugar sus dos caras, la melódica y la cañera y gritona. 

Otro sobresaliente a su currículum. 


6 • SOLSTAFIR (ISL) - ENDLESS TWILIGHT OF CODEPENDENT LOVE  

Hay grupos que no saben que quieren ser de mayores. No es el caso de Sólstafir. Abandonado el black más primitivo, llevan tiempo asentados en el post metal y post rock. No faltan los ramalazos de antaño y añaden otras variables a la ecuación como el rock alternativo, el rock progresivo y aquí, incluso el jazz.  Akkeri y Ulfür son ya de lo mejor que han creado. Cuando el bajo cabalga, no te queda otra que rendirte a los islandeses.


5 • PLEURA - BAKARRILKETA

Los navarros destilan frescura. Lógico debido a su juventud. Lo increíble es la calidad del disco siendo su debut. Temas adictivos y accesibles como Nun ZabiltzaGrixak o Soketan, metaleros como +/- o reflexivos como Aintzinago Zaude o el perfecto final de Lokaleko Argiak, con arreglos de piano incluidos. Repleto de fantásticas melodías, su punto diferenciador es la voz de Olaia. Con ese euskera tan marcado, folclórico podríamos decir. Mostrado de forma radical en la parte final de uno de los mejores temas del conjunto, Deathcrush. Los navarros son la revelación nacional del 2020. Ansiosos esperamos su próximo movimiento.


4 • DEFTONES (USA) - OHMS

Gore no acabó de convencernos. Ohms les devuelve a la cima. Puede codearse perfectamente con lo mejor de su discografía. Riffs Mastodónticos en Ohms, estribillos deliciosos en Ceremony, Headless o Error. Todos los registros de Chino en Génesis. Atmósferas perfectas en The Spell of Mathematics o Pompeji. Carpenter vuelve a coger las riendas del pony para presentarnos un disco a la altura de sus mejores trabajos.


3 • APHONNIC - LA REINA

La Reina en solo unos meses se ha convertido en imprescindible en la escena nacional. La banda ha crecido mejorando todavía más los detalles de los temas, los arreglos, las voces y los coros. 

Potente y directo en Ballenas a Estribor. Estribillos formidables en KaleboRock&Roll o Dulce de Leche. Y letras inspiradísmas en todos los cortes. ¿Hacer historia o ser comidos por ella? Una escucha te sacará de dudas. 


2 • KVELERTAK (NOR) - SPLID


Los noruegos han vuelto a hacerlo. Otro discazo para su catálogo. Nos ofrecen un single adictivo como
Crack of Doom pero también dos temas colosales como Delirium Tremens o Ved bredden av Nihil que dan una vuelta de tuerca a su sonido. 
Sin fisuras. Con nuevos bríos y cambio de cantante, el grupo no se resiente. 

1 • ÀNTEROS - ...Y EN PAZ LA OSCURIDAD

La mezcla perfecta de riffs contundentes con melodías y solos enrevesados. Un paso más allá de su disco anterior, que ya consideramos el mejor nacional de 2017. Toundra, Minor Empires, Krilin... en una probeta, son más que la simple suma. Un multiplicador de sensaciones. Mucho más que screamo más metal progresivo y alternativo. Luz y oscuridad. Y en medio, la maravilla de Solo mar, solo Tierra.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

EXTREMODURO • HASTA LOS HUEVOS DE VIVIR

Extremoduro se levantaron una mañana de hace casi un año "hasta los huevos de vivir". Seguramente un lunes. Y nos informaron de una gira de despedida para el verano de 2020 que el coronavirus canceló. 

Estos días nos han confirmado que finalmente será en mayo, junio y julio de 2021.

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"Hizo el mundo en siete días,

Extremaydura al octavo,

a ver qué coño salía

y ese día no había jiñado.

Cagó dios en Cáceres y en Badajoz".

Así se presentaba Extremoduro hace más de 30 años en el tema Extremaydura, de su primera maqueta. Ese mismo tema incluía su frase mítica "Extremaydura, tus mujeres nos la ponen"

En su segundo disco, Somos unos animales (1991), nos contaban en el tema Necesito droga y amor que "no necesito alas para volar, prefiero LSD". En Estado policial (Deltoya, 1992) nos soltaron "pincho las arruedas de los coches-policía, pongo un par de bombas en cada comisaría". En Bri bri bli bli, del cuarto disco, Donde están mis amigos (1993), bastaron dos frases para dejarnos doblados, "me acuerdo de ti, me cago en tus muertos". En Agila (1996) eran completamente explícitos en el tema Prometeo, "me revuelco por el suelo y me revienta la polla de pensar en ti". Y en Salir, del álbum Canciones prohibidas (1998), nos instaban al desenfreno con el famoso "salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente".

Si añadimos letras de otros temas como:

-Luce la oscuridad- "¿Quién va a meterse por el culo mi libertad de expresión cuando diga que me cago en la Constitución?".

-Jesucristo García- "Yo no soy Jesucristo García, a mí no vienen a verme los enfermos. A mí viene a verme la gente sana y yo los pongo a todos ciegos".

-El día de la bestia- "Si llega la policía no es pecado vida mía ponerse a disparar".

O títulos de canciones como Puta, Golfa, Me estoy quitando, Hoy te la meto hasta las orejas o Su culo es miel, tenemos un cóctel explosivo.

De nacer hoy y presentar estos temas en un álbum debut, Extremoduro estaría de concierto en concierto y de juicio en juicio. Sindicatos policiales, abogados cristianos, organizaciones pseudofeministas, asociaciones varias y otros escocidos, que no saben diferenciar información, opinión, humor, ficción, realidad o arte, estarían muy ofendiditos. La letra de El día de la bestia, como madre de todas las ofensas, hubiera acabado en el Supremo con una condena de prisión permanente revisable.

El grupo tendría una respuesta para todos ellos, la del título de su disco en directo, IRos todos a tomar por culo (1997). A la Real Academia Española le costó 20 años pillarlo.

Prefirieron etiquetarse ellos mismos antes que lo hicieran otros con la reedición de su primer álbum, Rock transgresivo. Directos y malhablados. El lenguaje de la calle llevado a la poesía. Pablo Neruda, Miguel Hernandez, Federico García Lorca, Antonio Machado, Marcos Ana o Manolo Chinato pululan por su discografía en temas que tratan sobre la marginalidad y la delincuencia y que hacen apología de las drogas, del alcohol y del amor (o más bien desamor), casi siempre como sinónimo del sexo.


Pusieron Plasencia en el mapa, así como Monfragüe o el valle del Jerte. Consiguieron llegar a más gente de la que nunca soñaron alejados siempre de los canales de promoción habituales y de la radiofórmula. Otros, con el paso de los años, se hubieran subido al carro de sus propias copias happy. La comercial de Melendi o la soft de Estopa. Pero Robe, su cantante y letrista, siempre consideró que el éxito era gustar mucho a unos pocos en vez de gustar un poco a muchos.

Reivindicaron el castúo en algunas canciones y en el título de uno de los mejores discos de la historia del rock español, Agila (espabila). Guiño a un dialecto no oficial cuando mucho ignorante hoy desearía acabar hasta con las lenguas cooficiales.

Se cansaron de ser hombres buscando una luna. Lo que encontraron fue una estrellita pequeñita pero firme que nunca dejará de brillar.

Su legado es una discografía impresionante. Algunas de sus canciones, melodías y letras, ya instaladas en la cultura popular, sirven para recordarnos que el arte no debe pedir permiso para vivir al borde de los límites. En el extremo.


A los que se quedaron en So Payaso o Correcaminos, les queda lo mejor por rascar. A los que los dejaron de escuchar después de los 90, tienen discos posteriores imprescindibles como Yo, minoría absoluta (2002), La ley innata (2008) o Para todos los públicos (2013).

Extremoduro no se van, concretan la fecha de su muerte con Satán.

SÒLSTAFIR - ENDLESS TWILIGHT OF CODEPENDANT LOVE (2020)


Sólstafir tienen tras de sí una discografía impoluta. Desde su época más black hasta sus recientes reseñas más cercanas al rock. Y su nuevo retoño no puede empezar mejor. El impacto de Akkeri es tremendo. Más de 10 minutos en donde el grupo demuestra que el camino elegido desde Ótta no está ni mucho menos agotado. Melodías y riffs se reparten en un tema en el que no sobra ni falta nada. 

Drysill y Her Fall from Grace bajan las revoluciones y se centran en la intensidad. La primera se basa en una melodía preciosa que no se te quitará de la cabeza. La segunda, primer tema en inglés en 10 años, se centra en la voz de Aðalbjörn y se acerca a una especie de nana postrockera. Entre ambas, Rökkur comienza con un interesante aire folk y continua con unas estrofas casi habladas en un registro sorprendente. Saben hacer crecer el tema y finalizarlo. Quizá la única pega en este inicio, es que entre las tres llenan 20 minutos de atmóferas y tranquilidad. Pudiendo hacer que el oyente desconecte en algún momento.


Dionysus intenta remediarlo. Es el tema más cercano al black que esconde el disco. Cañero y gritón a partes iguales, un gran tema que nos recuerda a los Sòlstafir más primitivos.  
Til Moldar es el contrapunto a esa agresividad. Quizá el tema menos atractivo del conjunto. Esta balada no consigue enganchar en ningún momento. Muy lejos de temas similares como Miðaftann (Ótta) o Hula (Berdreyminn). 

Alda Syndanna sería un tema de rock alternativo al uso (incluso en duración) si no fuera por ese sonido de guitarras tan único y característico de los islandeses. Bastante contenido excepto en su gran explosión final. 

El final del disco nos devuelve a los mejores Sòlstafir. El ritmo cercano al jazz de Ör descoloca. Pero también atrae. La segunda parte del tema explota con la repeticiñon de un estribillo tan hermoso como abrasivo. Y Úlfur nos recuerda el impacto generado por Akkeri. Otro tema que podría estar perfectamente entre los mejores de la banda. 


Hay grupos que aunque lleven años o décadas, todavía no tienen claro que quieren ser de mayores. Solstafir no es uno de esos casos. Abandonado el black más primitivo, llevan tiempo asentados en el post-metal y en el post-rock. Siempre con algunos ramalazos de antaño y siempre añadiendo otras variables a la ecuación como el rock alternativo, el rock progresivo y en este último álbum incluso el jazz. 

Instalados en esos registros, siempre nos regalan pasajes atmosféricos en todas sus obras. No iba a ser este disco una excepción. Lo que llama la atención no es tanto el exceso, sino lo seguramente mal repartidos que están estos temas en el tracklist del álbum. Quizá ese sea su pequeño talón de Aquiles. Aunque para nada evita que estemos ante otra obra excelsa de los islandeses.