No solo Bescansa se lleva a su bebé al trabajo. Otros también lo hacen y la caverna no se lo toma tan a pecho.
Cuando los que lo hacen son unos machotes patriotas, defensores de la tradición y la cultura española, aquí no pasa nada.
Son asesinos de profesión y tontos de nacimiento. No porque expongan a sus hijos a un peligro, que no parece que así sea delante de una de esas vaquillas. Si no porque defienden la más asquerosa y patética tradición que todavía queda por eliminar de España.
Y lo peor de todo, que le inculquen esos valores a un niño.
