El 25 de Abril de 2006, Rajoy llevaba al Congreso 4.020.000 firmas en 876 cajas apiladas en palés y transportadas por diez furgonetas. En lo que sería el principio del fin del nuevo Estatut.
El 31 de Julio de 2006, el PP presentaba en el registro del Tribunal Constitucional un recurso de inconstitucionalidad contra el nuevo Estatut de Catalunya.
Tras 4 años de intensas deliberaciones por parte del Tribunal, el 28 de Junio de 2010, concluyó que 14 de los artículos del Estatut de Autonomía de Catalunya eran inconstitucionales y, por lo tanto, nulos.
Aquel Estatut fue aprobado por la mayoría del Parlament y por la mayoría del Congreso, sí, repito, en el Congreso. Ante un Estatut aceptado y validado por la mayoría de catalanes primero, y de españoles después, el PP de forma unilateral lo echó por tierra.
Todo muy legal, mucho legal pero muy antidemocrático. Mucho antidemocrático.
De aquellos polvos, estos lodos. Nadie puede quejarse de la herencia. Los que machacaron aquel Estatut ampliamente apoyado son los mismos de ahora. Entonces en la oposición.
Tras aquello, los independentistas crecieron de forma exponencial. Quizás al ver que por los cauces de mejora y revisión del Estatut no había posibilidades.
Un partido nacionalista como CIU salió del armario y se hizo independentista.
Un bloque de partidos independentistas sumados a la CUP ganaron las elecciones del 2015 y sumaron mayoría absoluta en el Parlament. La vía de la independencia y la República Catalana se abría.
Para confirmar esta vía pretendían realizar un Referéndum. De nuevo aquí chocaron con la Constitución.
Puedes en tu programa electoral incluir como finalidad de tu partido la Independencia. Pero luego no podrás llevarla a cabo. El PP nunca cumple su programa, por lo que entiende que los demás tampoco.
Ya lo decía el grupo "Habeas Corpus":
La Constitución española,
cadena que aprieta cadena que ahoga,
cadena del todo todopoderosa,
la norma suprema,
la ciega obediencia.
El gobierno se negó a hablar de Referéndum. Ya en estos momentos estaba criminalizando el realizado en 2014, de carácter no vinculante.
El resto lo sabemos todos. La DUI, el 155, el encarcelamiento de los Jordis, de los exconsellers y de Junqueras, el vicepresident.
De nuevo, todo muy legal, mucho legal pero muy antidemocrático. Mucho antidemocrático.
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