martes, 15 de octubre de 2019

SIN VIOLENCIA TAMPOCO ES POSIBLE


Tras pasar casi dos años en la cárcel y sin tener en cuenta posibles rebajas en la condena o el acceso a regímenes penitenciarios, algo más de 11 serían los años que le quedarían a Oriol Junqueras en prisión. El político catalán con la mayor condena dictada el 14 de Octubre por el Tribunal Supremo en el juicio al procès.

Muchos españolazos van a dormir a pierna suelta las próximas noches. Creen que serán más de 3.000 noches de sueños preciosos. Pero su primera pesadilla será dentro de unos meses con los primeros permisos penitenciarios de los Jordis. Más de dos años después de su terrible crimen. Convocar una manifestación.

Cuando murió Franco, el genocida solo pidió a Juan Carlos I, Rey de España y de todos los hijos de puta que le adoran, una cosa. Que mantuviera la unidad de España. No le pidió que se desviviera porque sus súbditos llegaran a final de mes, pudieran disfrutar de un hogar acogedor o vivir en un país que garantizara el Estado de bienestar. No. Solo le pidió una única cosa. La puta unidad de España.
Juan Carlos se nos fue, pero su hijo, como buen nieto e hijo político del genocida y del mata elefantes, prometió que lo cumpliría.
Aquel discurso del 3 de Octubre de 2017 demostró que se dejaría la vida si hiciera falta en ello. A no ser que le pillara de vacaciones. Es decir, el 99% del año.

Hoy la sentencia suena a gran victoria de su gran patria España. La que siempre les hace sentirse orgullosos. Para algunos es como si España hubiera vuelto a ganar el Mundial de fútbol. Pero esta victoria esconde una guerra perdida.


Esta victoria rojigualda esconde una derrota brutal. La derrota de la Democracia. La derrota de la política. La derrota del diálogo.
Cuando la unidad de España está por encima de todo, es que no vale nada. Ni un miserable euro. Ni una miserable peseta. Ni un miserable escupitajo.

Pero incluso en esta sentencia desproporcionada hay un halo de luz. No pudo demostrar que hubo un golpe de Estado. Tampoco una violencia que sostuviera una condena de rebelión.
Por eso anda Casado pidiendo modificaciones en el Código Penal. Quiere incluir rebelión sin violencia. Ya consiguió incluir en su día Cadena Perpetua sin perpetua. Y lo próximo puede ser asesinato sin muerto.
Rivera mientras está suplicando que no haya indultos. Sánchez negando que los haya y pidiendo el cumplimiento completo de las condenas. Y Abascal vomitando bilis. Eran acusación y pedían más de 70 años para algunos procesados.

En nuestra cabeza resuena aquel mantra de "sin violencia todo es posible" que ya sabíamos que sonaba falso en Euskadi. Hoy queda demostrado. Pero reparte 100 años de prisión a los no golpistas y no violentos catalanes. El Tribunal se escuda en hubo actos violentos para justificarse. Decisión ésta tremenda. Ya que provoca que cualquier partido o asociación se lo piense antes de convocar una manifestación. Si en ésta hay algún idiota pueden salir muy mal parados. Tras la ley mordaza, nos encontramos con esta aberración democrática que cercena el derecho de reunión y manifestación.
Sin ir más lejos, la PAH podría tener serios problemas en los casos en los que intentan evitar un desahucio.

La condena por sedición deja a España en un lugar tenebroso dentro de Europa. La sedición no violenta no tiene cabida en una democracia. Menos por lo tanto, que conlleve las exageradísimas penas impuestas.












Entre Catalunya y España hay un conflicto político. Si éste está llegando al terreno social y ha acabado en el terreno judicial se debe a la sinrazón de políticos que de políticos no tienen nada. Son más bien mamporreros pidiendo venganza. Hablando de evitar indultos antes de la condena. De aplicar el 155 sin motivo aparente.

Ni los casi 1.000 años que pedía Vox como acusación en la causa harían desaparecer a los más de 2 millones de catalanes que no aceptan el encaje actual de Catalunya en España. Lo ve hasta un ciego. Pero no estos políticos cegados por una justicia igual de ciega.

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