SI UNA URNA ES ILEGAL, CAMBIAD VUESTRA LEY

De un tiempo a esta parte indignados se hallan los españoles de pura cepa.
Los del palillo después de la comida. Los del carajillo después del palillo. Y los del puro después del carajillo. Bueno, y el resto también.
Los patriotas se indignan rápido con determinados temas. Tócame los cojones pero no me toques mis símbolos.

Les indigna que se pite un himno. Quizás no saben que los himnos no sufren. Que no son personas. Que si te pones el himno de España en casa y lo silbas no se queja. Que si partes un CD con el himno no llora. Prueba con un disco de Julio Iglesias o de Bertín Osborne. Pasa lo mismo. Nada.

Les indigna que se escupa a la bandera española. O peor, que se quemen rojigualdas. Tampoco sufren. Haz la prueba en la intimidad, no sea que acabes en el calabozo. Compra una y hazla arder. Si eres incapaz de quemar la rojigualda no te preocupes. Quema una de Trinidad y Tobago. O aún mejor, una Ikurriña, una Estelada. La de Venezuela o la de Cuba. No se quejan. Ni en castellano, ni en euskera ni en catalán.

Algo parecido pasa con la Constitución Española.

La Constitución Española, para quien no lo sepa, es como un libro. Bueno, llamarlo libro es darle demasiada categoría. Sería como el librillo flaco de Petete. O de Paquito. Tiene menos páginas que un tebeo. Y si en casa -siempre en la intimidad- empiezas a arrancar las páginas, no se cabrea. Ni se inmuta.

Si es superior a tus fuerzas hacer esto, no pasa nada, puedes hacerlo con la Carta Magna de cualquier otro país. Con la Biblia -Dios ni está ni se le espera-, con el Corán -A Mahoma tampoco-, con la Guía Marca o con el Capital de Marx (con este seguro que disfrutas pillín).

No te aconsejo eso sí, limpiarte el culo con ninguno de ellos.


También les indigna que se pite al Rey. Aquí tenemos un conflicto. El Rey es una persona. O eso parece. O tal vez no. Tiene sangre azul. Tiene un puesto inventado, bien pagado y heredado. Es cierto que caga y folla. Pero tiene demasiadas vacaciones. De ser persona, es una persona rara. Una persona sospechosa.

De todos modos, lo que se ha puesto de moda, es indignarse porque alguien nos toca la unidad de España. La unidad de EspaÑÑÑÑÑÑa, perdón. Aquí entramos en un "embolao".

La unidad de España está entre nosotros pero ni siente ni padece. Tampoco es una persona.
Le da igual perder Cataluña, Murcia o que se anexione Québec o Gibraltar. Es un ente y como tal, le importa todo un pimiento.

Si entendiese lo que ocurre, tal vez le molestaría más tener a disgusto bajo su cobijo territorios y personas, que la independencia de sus Comunidades Autónomas.

Los bancos tampoco son personas. Como tampoco lo es la deuda. Por eso se antepone ante todo. Por eso se cambia la Constitución en una noche de verano.

Pero pasemos a lo importante. A las personas. A las de carne, hueso y sangre roja.
El Tribunal Constitucional ha trabajado a destajo para calificar de ilegal, anticonstitucional, antimoral y criminal el referéndum unilateral en Cataluña.
El gobierno está indignado. Los catalanes (los malos) están incumpliendo las letras más sagradas de la Constitución Española. Las de la unidad santa de España. Palabras mayores.

Cuando no se han cumplido otros artículos de ese mismo libreto, ni se han inmutado.

¿Eras funcionario y no te abonaron aquella paga extra?. 4 ó 5 años después te la pagaron. Como indico arriba. A destajo. Siempre trabajan a destajo.
¿Te desahuciaron sin cubrirte la necesidad amparada por la Constitución de disfrutar de una vivienda? Para qué, si puedes dormir en casa de tus padres o de unos amigos.
¿Te parece que 9.907,08 € al año, el SMI que cientos de miles de españoles cobran no es una remuneración suficiente para satisfacer tus necesidades y las de tu familia?. Está publicado en el BOE. Con ese pastizal se vive de sobra. Así no hay excesos.

Pero uno entiende que estos temas son nimiedades para llevarlas al Constitucional. Al fin y al cabo, esto no perjudica ni a símbolos, ni a banderas, ni a páginas de librillos, ni a pollas en vinagre.
Sólo perjudica a PERSONAS.

Eso sí, lo que de verdad les ha indignando tanto que están a punto de reventar, son las urnas.

Las urnas tampoco son personas. Deberían adorarlas.
Pero las urnas tienen un problema. Esconden voluntades de las personas. Y por lo tanto, son peligrosas. Les intimidan. Les asustan.
Porque los patriotas se asustan rápido.
Tócame los cojones pero no me toques las corridas de toros.
Tócame los cojones pero no me toques la educación en castellano. Tócame los cojones pero no me toques lo de primero los españoles.

La urnas no corren. Las urnas no escapan. Son fáciles de encontrar. Pero las urnas no son como los patriotas. Como los nacionalistas. Los más numerosos. Los nacionalistas españoles. Los que matarían por defender la unidad de España antes que por defender a su madre.

En este país sabemos tristemente lo que pasa cuando no hay urnas. Pero a los patriotas les asustan las urnas. Para ellos las urnas son una amenaza. Pero su verdadero problema debería ser otro.

Que las urnas no tienen miedo. LES URNES NO TENEN POR.