jueves, 1 de julio de 2021

LA LIBERTAD DE LOS COBARDES

La RAE define la palabra libertad como el derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas. Bajo esta acepción los partidos políticos utilizan esta palabra en todos sus mítines, en todos sus programas y en todas sus intervenciones. Libertad, libertad, libertad. Sin ira. Libertad.

Decía Arrimadas (Cs), "allá donde hay más libertad hay más feminismo". La frase suena bien. Suena potente y nadie en su sano juicio, así de primeras, estaría en contra de tal aseveración. ¿Cuál es el problema? Que Arrimadas nos hablaba de la prostitución y de la gestación subrogada. Sí, Arrimadas nos explicaba la íntima conexión entre la libertad que debe tener una mujer con la libertad para ejercer la prostitución. Lo mismo respecto a la gestación subrogada. La mujer debe tener la libertad de elegir si quiere parir los hijos de otros.

Vox, en el punto 62 de su programa, indica que los padres deben tener derecho a elegir la lengua de escolarización de sus hijos. Es un punto claramente dirigido a Catalunya. Vox considera que los padres deben tener la libertad de elegir si su hijo estudia solo en castellano en un colegio público catalán. La libertad de nuevo manoseada por los políticos. Esa libertad permitiría que hubiera niños catalanes que no aprendieran catalán. No contentos con la segregación por sexo, Vox va más allá y se apunta a la segregacion por idioma. Llaman libertad a lo que es una aberración.

El punto álgido sobre la libertad se presentó hace unos meses con el pin parental que quiere implantar Vox en las Comunidades donde gobierna junto a PP y CS. Este pin parental permite a los padres autorizar o no expresamente las actividades que el centro imparte a sus hijos. Es decir, que tengan la libertad de vetar cursos, charlas o talleres que se impartan a sus hijos. Suena mal incluso si, como dicen, en esos cursos se enseñara zoofilia y pederastia. Ya que más que un pin parental, en un caso como ese, lo que habría que hacer es denunciar. Y suena peor cuando se habla de talleres sobre diversidad, igualdad y violencia de género.

Para ellos, vetar actividades que promulguen la igualdad y la tolerancia, es libertad. Entendemos que poder educar a niños en la homofobia o el racismo también lo es. Es una elección digna.

De nuevo prostituyen la palabra libertad. Porque nada tiene de libertad evitar que los niños se eduquen en los principios básicos de la integridad de una persona.

Si una pareja de idiotas quiere educar a sus hijos en el racismo, el machismo o la homofobia, lo puede hacer en su casa. Pero la educación pública debe servir de contrapeso para dar a esos niños y niñas la opción de formarse un criterio.

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