martes, 5 de febrero de 2019

¡VÁYANSE AL CARAJO! ¡YANKEES DE MIERDA!


"¡Vayanse al carajo! ¡Yankees de mierda! Que aquí hay un pueblo digno. ¡Váyanse al carajo cien veces! Aquí estamos los hijos de Bolívar... y estamos resueltos a ser libres".
Aún retumban las palabras de Hugo Chávez en Carabobo.

Los yankees de mierda vuelven a inmiscuirse en los asuntos de la República Bolivariana. Los motivos son los mismos. Bajo la apariencia de luchar contra una supuesta brutal dictadura y en defensa de los derechos humanos, se lanzan implacables a controlar el petróleo venezolano. Esta vez el petróleo es su nueva arma de destrucción masiva. Para los neoliberales es mucho más peligroso el oro negro en manos ajenas que los misiles o las bombas nucleares. 

Mano en alto, en una calle cualquiera de una cuidad cualquiera, un cualquiera se ha nombrado presidente. Quizás es menos que un cualquiera. Porque hasta un cualquiera tiene personalidad propia. Este ni eso. Es un títere de los yankees, de los gringos. Un mierda a ojos de la mínima decencia democrática. Entre otras cosas porque su primera decisión ha sido instar a los militares a unirse a él. Prometiéndoles la amnistía por su traición a la patria. 
Tan dopado iba el susodicho, que también ha prometido la amnistía a Maduro. El cual no solo no ha sido condenado ni juzgado. Es que ni tan siquiera pesa sobre él ningún cargo.

Sabemos que Estados Unidos fue nombrado juez del mundo en algún momento de la Historia. El mundo va muy deprisa. Si no recuerdas cuando, es porque pestañeaste. Por eso deciden lo que les parece y lo que no les parece una democracia.

Al delirio del auto nombrado presidente y del payaso de Trump, se han unido numerosos países europeos y latinoamericanos reconociéndolo como presidente al cargo de Venezuela. Son países que se suponen democráticos pero que se pasan por el forro el derecho internacional y la independencia de los países y las naciones. Y su injerencia en los asuntos internos de Venezuela es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas.


Se abre un nuevo orden internacional. Tras las elecciones soberanas de cualquier país, no se podrá nombrar al presidente tras el juramento del cargo. Habrá que esperar que países lo reconocen y cuáles no.

No sorprende en España el posicionamiento de Pablo Casado, Albert Rivera o Santiago Abascal. Este último, tan defensor a ultranza de la soberanía nacional, a favor incluso de una intervención militar.  

Maduro es un dictador. Eso dicen. Lo justifican porque el país está en una crisis económica galopante. Con venezolanos que no llegan a final de mes. Que emigran escapando de la situación del país. Esto en todo caso nos mostraría a un presidente inepto, incapaz de sacar un país adelante.
Si por inepto pueden darte un golpe de Estado, ningún país del mundo estaría a salvo. 



De ser un dictador, es un dictador extraño. Los dictadores no suelen hacer elecciones. Y menos se les pide por favor que las convoquen.
De ser un dictador, es un dictador único. Quizá el primer y único dictador capaz de perder elecciones frente a la oposición. En las últimas legislativas de 2015, seguramente se les olvidó meter la mano.
De ser un dictador, es un dictador blandito. Los dictadores no suelen permitir que la oposición se manifieste en las calles. Normalmente porque no permiten ni su existencia. Uno imagina a Franco en el puesto de Maduro y Guaidó estaría preso o fusilado al alba.

Hace 10 años que Hugo Chávez gritó las palabras del inicio del escrito. En aquella ocasión en solidaridad con Evo Morales y su decisión de expulsar al embajador estadounidense, tras acusarlo de provocar las revueltas en Bolivia contra su gobierno.
Aquellas palabras son ahora más necesarias. Y esta vez son más extensibles:  
¡Váyanse al carajo! ¡Yankees de mierda! ¡Españoles de mierda! ¡Franceses de mierda! ¡Colombianos de mierda! ¡Paraguayos de mierda! ¡Alemanes de mierda! ¡Suecos de mierda! ¡Canadienses de mierda! ¡Israelitas de mierda!.. 
Ojo pelao (alerta) contra todos los malparidos que reconocen presidentes de mierda auto proclamados.

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