sábado, 2 de mayo de 2020

¡PARÁSITOS DEL MUNDO, UNÍOS!


"Para mí es un honor representar a un grupo político dentro del cual hay un partido con casi 100 años de historia, el Partido Comunista de España, que fue condición de posibilidad de la derrota de la dictadura...No habría democracia en Francia ni en Italia si no fuera por la acción de los comunistas de estos países que son reconocidos como héroes de la patria..."
Estas palabras retumbaron en todas las cabezas huecas de España. Pablo Iglesias defendió el comunismo en el Congreso. Exactamente al partido Comunista de España. Partido democrático y legal que sin esas premisas no podría presentarse a las elecciones.

Las redes se llenaron de publicaciones sobre el comunismo bastantes sorprendentes. Uno se considera bastante más ignorante que el ciudadano medio, por lo que entiende que algunas opiniones no se hacen desde la ignorancia, sino desde el interés y la propaganda electoral.
Todos coincidiremos en condenar el Nazismo, el Fascismo y los regímenes totalitarios, como por ejemplo, el comunista de Stalin. Pero no tiene ningún sentido relacionar la defensa del comunismo de Pablo Iglesias con Stalin o con una dictadura.


El Partido Comunista de España en su programa no busca su llegada al poder para implantar un Estado de Partido único Comunista. Lo que presenta son unas medidas económicas y sociales basadas en las teorías marxistas. Es decir, que el Estado intervenga en servicios o productos básicos para la población y para impedir que el mercado se rija por un capitalismo salvaje. Considerando que el libre mercado de la oferta y la demanda no puede dejar al pueblo en la miseria. Lo que viene a resumirse en "lo que es público no puede ser privado".

Desde su visión, el mercado no puede funcionar igual para fijar el precio de un yate que para hacerlo con el precio del agua, de la luz o de productos y servicios indispensables para la vida.
El PCE no viene para quitarte el chalet de la playa porque quiera eliminar la propiedad privada. Tu chalet de la playa es propiedad personal. Como lo es tu portátil, tu tv o tu reloj. O la ropa que llevas puesta. Tampoco van a cobrar lo mismo todos los empleados en las empresas privadas. Tranquilo burgués. Lo que sí intentará es que nadie que trabaje a jornada completa siga siendo pobre.
Defender el comunismo es defender esto. No a dictadores ni dictaduras.

Esta tergiversación lleva mucho tiempo en nuestro país. Dentro de UP, estaba hasta hace unos meses el Partido Anticapitalista, muy cerca en estos términos al PCE. Y tampoco querían eliminar el capitalismo para implantar una dictadura comunista de partido único. Entre otras cosas porque una cosa es un régimen y otra un sistema socioeconómico.

El Chile de Pinochet, la Argentina de Baptista, la actual monarquía absolutista de Arabia Saudí o de Qatar, o el sultanato absolutista de Brunei tienen algo en común. Que basaban o basan su economía en un sistema capitalista.
¿Cabría por lo tanto criminalizarlo, puesto que convivía y convive con países dictatoriales en los cuales se violaron y violan Derechos Humanos fundamentales? No.
Eso justamente es lo que sí se hace con el Comunismo.


¿El Régimen Comunista de Stalin fue una dictadura? Por supuesto. Un solo partido tenía el poder y no había oposición. Es normal considerar ese régimen una aberración absoluta.
Vietnam es una República Socialista con un partido único, el Partido Comunista. Desde hace más de 30 años ha abandonado a Marx y ha introducido una economía de mercado, es decir, una economía con trazos de un modelo capitalista moderado. ¿Economía de mercado con el partido Comunista de Vietnam en el poder? ¡Pues sí, hijo mío!
Si todavía no te ha estallado la cabeza llegaremos juntos a donde tenemos que llegar.

Comparar el Nazismo con el comunismo solo busca una finalidad. Que cualquier medida económica comunista se asocie a regímenes totalitarios. Algo que como hemos ya comentado, nadie haría con el capitalismo.
El comunismo solo se puede comparar precisamente con el capitalismo. Tanto en cuanto son sistemas o teorías en las que un Estado puede basar su modelo socioeconómico.
Podríamos entrar a valorar cuál defiende más al pueblo o cuál defiende más al poder. Cuál ayuda más a las familias y cuál menos. Cuál más a las empresas. En definitiva, cuál es más justo y mejor.
Pero ya estamos hartos del grito de miedo, ¡cuidado que vienen los rojos!
Porque los que ya están aquí son los que no aceptan los resultados de elecciones democráticas. No legitiman los resultados de las mismas y generan odio en cada una de sus intervenciones. Y son muchos y cada vez hacen más ruido. El eslógan comunista, ¡trabajadores del mundo, uníos! ha sido modificado por la ultraderecha. Y su bilis sale a borbotones al grito:
¡Parásitos del mundo, uníos!

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