sábado, 28 de julio de 2018

DE NAZIS Y DE INDEPENDENTISTAS



Comenzó Bono a hablar hace unos días en la Sexta del conflicto de Catalunya de forma sosegada y tranquila. Sobre la necesidad del diálogo entre las partes. Nos llevó a tal ensimismamiento que vimos en sus palabras el inicio de la solución al conflicto. Quizás no tanto. Pero sí a una visión cabal, pensada y entendida, mirando y comprendiendo a ambos contendientes.

Embobados por la retórica y ebrios por las formas y modales de sus explicaciones, perdimos durante unos segundos el hilo y cuando volvimos a recuperarlo retumbó en nuestros tímpanos un nombre, Hitler. Y suspiramos. Era el fin.

Todo había sido una farsa de un par de minutos. Una introducción engañosa para no cambiar de canal. Al fin y al cabo, en eso se basa la televisión.

Bono pasó de Torra a Hitler cómo quien pasa de tragar a escupir.

Últimamente está muy de moda que los junta-letras indiquen los enormes parecidos de los nazis y los independentistas.
Rafael Hernando, los Alfonso Dastis y Guerra, Luis Garicano, Sánchez Dragó...PP, PSOE, Cs o VOX se han unido a la fiesta.
No son personas sin cultura quienes lo hacen. Son políticos, periodistas o tertulianos. Por lo que deducimos que no lo dicen por ignorancia. Lo dicen al dictado de sus jefes, al dictado de sus propósitos electorales y al dictado del director del periódico de turno.


Los catalanes hacen cosas, decía Rajoy. Los nazis también. Y no precisamente referéndums. Y sí, sabemos que Franco hizo dos. Y que en Cuba también se han hecho. Para los cuñados.

Ante los bofetones de la justicia europea a Llarena y ante la dudosas acusaciones contra los políticos  catalanes, han salido muchos jueces, ex-jueces, asociaciones de jueces, políticos y periodistas para criticar abiertamente la prisión preventiva. Así como los cargos exagerados de rebelión y sedición, en un proceso en el que la violencia no ha existido. Más allá de hechos aislados y nunca apoyados o provocados por los acusados.

Por ello, necesita el unionismo una contrainformación potente para callar estas voces. Los independentistas son supremacistas. Puigdemont el pensador y Torra el jefe supremacista ejecutor.
Este relato es el que debe llegar a todos los rincones.


Mientras tanto, retiradas las euro-órdenes, los huidos para unos y exiliados para otros, campan a sus anchas por toda la Unión Europea.
Son xenófobos, supremacistas, nazis, criminales peligrosos que pueden sin duda sembrar el terror por donde pisan.

Pero eso no le importa a Llarena. El ya cumplió su cometido.
Que no fueran cargos electos en el Parlament.

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