jueves, 3 de junio de 2010

LA GENTE QUE NO QUIERE QUE SE RÍAN DE SUS CREENCIAS, NO DEBERÍA TENER CREENCIAS TAN GRACIOSAS


Dios existe, pero un Dios muy particular, que creó el Universo y puso el primer microorganismo vivo en la Tierra y se fue. Anda ahora por otras galaxias golfaneando. Para ser exactos por las más lejanas. No sea que diga una y mañana un telescopio sea capaz de descubrir mi mentira.

Escribiré un libro sobre el tema. Le diré a mi hijo que lo guarde y lo pase generación tras generación hasta dentro de 500 años, y que luego lo saque a la luz.
Al no necesitar evidencias, mi esperanza será que vea como en esa época, surja la nueva y definitiva religión (yo lo veré sentado a la derecha de mi Dios inventado). Se enseñará en las escuelas. Tendría miles de devotos en cuanto a mi Dios le incluyera la capacidad de varios milagros.
Así de lamentable es la religión.
Todos podemos creer en lo que queramos, somos libres para hacerlo. El problema es que sigamos creyendo en algo que la ciencia ya se ha encargado de tirar por tierra con EVIDENCIAS (la palabra más importante que existe en este mundo para dar o quitar razones).

El gravísimo problema de los que creen en la religión no es tanto porque crean en un Dios que hizo hace 6000 años al hombre a su imagen y semejanza (hay fósiles de cientos de miles de años atrás, imagino que su Dios llego a la Tierra después de los dinosaurios, al parecer en el periodo paleolítico) o que el hijo de Dios nació de una mujer virgen (no perderé el tiempo en rebatir esto); si no en el hecho del poder que esta creencia conlleva en toda nuestra sociedad tanto a nivel social, político, económico, educativo…

Tendríamos todos que ser más críticos con este tema.
¿Cómo un profesor de Ciencias Naturales tras explicar en su clase de Ciencias la teoría de la Evolución a sus alumnos puede permitir que en la clase de Religión le cuenten las sandeces anteriormente comentadas?
Pues es así.
Dentro de lo malo, por fin en las escuelas públicas no es obligatoria la religión. Estamos cada vez más cerca de la educación laica.

Pero en España estamos repletos de Colegios Religiosos que en muchos casos tienen los mayores medios y mejores resultados del país. De manera que niños que quieren ser hombres de provecho estudian en ellos. Por supuesto que todas las asignaturas que dan son de un nivel magnífico, pero están obligados a la enseñanza religiosa, que es perjudicial para su educación. Esta enseñanza se da en edades tempranas. Edades en las que la inmadurez del crío no le permite ser tan crítico.

Posibles introducciones para una clase de ciencias. ¿Qué te parecen?

-- A ver, este curso vamos a dar paralelamente la teoría de que los aviones vuelan por principios físicos, y por otro lado que los duendes son los que los hacen volar. Presentaremos ambas posturas. Una es una teoría, la otra es una doctrina de fe. Los niños deciden.

-- A ver, este curso vamos a dar paralelamente la teoría de la deriva continental, y por otro lado que los continentes se mueven porque por debajo de la corteza terrestre existe una raza de lagartos alienígenas que empuja muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte y lo arruga todo. Presentaremos ambas posturas. Una es una teoría, la otra es una doctrina de fe. Los niños deciden.

-- A ver, este curso vamos a dar paralelamente la teoría de la evolución de las especies, y por otro lado que un ser sobrenatural creó de la nada todas las especies tal cual las vemos ahora y las colocó en una tierra que creó hace seis mil años, donde han estado desde entonces. Presentaremos ambas posturas. Una es una teoría, la otra es una doctrina de fe. Los niños deciden.


Un ateo te dirá que el Universo siempre estuvo ahí y fue cuando se dieron las condiciones necesarias cuando comenzó todo el proceso.

Pero un creyente te dirá que hay un creador de todo. Y, ¿Quien creó a ese creador?

Parece difícil que algún día lleguemos a este conocimiento.

El hecho de no conocer que hubo antes, no quiere decir que nos inventemos lo que queramos.

Nadie niega que alguien muy religioso pueda ser mejor persona que otra atea, y viceversa. Pero eso es algo intrínseco a la persona, a su carácter, a su personalidad, a su ética, a su moral. Valores que están fuera de la religión.

La ciencia avanza, más lenta de lo que nos gustaría, pero lo suficiente para ir destripando año tras año a los farsantes que sin necesidad de pruebas conocen la verdad de todo.

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