jueves, 3 de junio de 2010

PROETARRA ANÓNIMO APENADO


Pido perdón por ser como soy, pensar como pienso y sentir como siento.

Pido perdón en primer lugar por pensar que la libertad de expresión está herida de muerte en este país.

Pido perdón por creer que cualquier pueblo del mundo tiene derecho a elegir y decidir sobre su futuro y acogerse al derecho de autodeterminación si así lo considerara una mayoría cualificada.

Pido perdón por estar en desacuerdo con el cierre del periódico Egin y Egunkaria y creer que se debe más a razones políticas que a razones criminales.

Pido perdón por estar en contra de la dispersión de los presos etarras y por entender la indignación de sus familiares.

Pido perdón, y esta vez con todo mi corazón por parecerme una absoluta aberración la ilegalización de Batasuna.

Pido perdón por creer que se está criminalizando todo lo vasco, desde cualquier acto social y cultural hasta lo más importante para esa tierra, el euskera.

Pero no me lo tengáis en cuenta, sólo soy un proetarra anónimo apenado.

Pido perdón por escuchar a grupos musicales como Berri Txarrak, S.A, Su Ta Gar o Fermín Muguruza (grupos considerados proetarras) y por solidarizarme con ellos en estos momentos en que la censura les impide expresarse en todos los rincones de España.

Pero sobretodo lamento el haber pagado dinero por sus discos y conciertos con todo lo que ello supone; la financiación directa de la banda terrorista ETA.

Pero no me lo tengáis en cuenta, sólo soy un proetarra anónimo apenado.

Pido perdón por ver un conflicto político en el Pais Vasco aunque ETA no existiera.
Pido perdón por ver el diálogo como solución al conflicto.

Y lo más importante. Pido perdón a la banda terrorista ETA, porque siendo como soy un proetarra (todo lo expuesto anteriormente me delata), jamás he gritado un ¡Gora ETA!, jamás he quemado una bandera española, jamás he pasado informes a los comandos sobre las personas interesantes a eliminar.

Pido perdón también por los cientos de miles de personas que piensan como yo y que están por lo tanto igual de equivocados.

Pero no nos lo tengáis en cuenta. Sólo somos unos proetarras anónimos apenados.

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